El haberte conocido marco un rumbo extraño en mi vida, y si digo extraño te aseguro que no es exageración, todavía recuerdo el primer día que te apareciste por acá, con tu carita de niña buena y, por que no decirlo, te veías tan tímida como pollito en gallinero nuevo, aparte que tuviste la desgracia de toparte con el tipo más pesado que podría haber estado parado en la puerta ese día, o sea yo, después, poco a poco y con el tiempo me fui ganando un poquito de tu confianza, empezamos a cruzar una que otra palabra, a hacer más agradable el saludo y cosas así, de verdad que desde ese primer día te encontré muy bonita, algo especial, casi mágico diría yo, esa sonrisa, tus ojitos soñadores, o quizás tu voz, que siempre te he dicho que me encanta, la verdad es que no sé si es una de esas cosas la que me gusta de ti, o es la suma armoniosa de todas ellas la que te hace ser una persona muy especial.
A medida que pasaron los días se fue creando algo que yo considere una amistad linda, de esas que ya no existen, me encantaba estar contigo, conversar de mil cosas distintas y siempre encontrar una buena replica de tu parte, cosa que aunque esté mal que yo lo diga no es muy común en una mujer, ¿tienes idea de cuanto cuesta encontrar una mujer con la cual conversar una hora seguida sin que hable puras tonteras?, así pasaron los días y los días y esta amistad que nació de manera espontánea fue creciendo y haciéndose mas fuerte, o al menos eso pienso yo, después, sin darme cuenta, me vi, literalmente entre tus manos, te explico porque sé que debe sonar raro, de un día para otro, no sé por qué, me vi rodeado de tus mimos, cariños y caricias, te colgabas de mi brazo y empezabas a hacerme cariño hasta que te quedabas dormida… ¿alguna vez te han dicho lo hermosa que te vez mientras duermes?, no te niego que en un comienzo me pareció extraño, casi gracioso, pero tremendamente enternecedor, y te juro, que aunque llevara tanto o más sueño que tú, nunca me quedé dormido, solo por disfrutar el placer de la compañía que me dabas, por sentir la suavidad de tus manitos mientras acariciaban las mías, por acariciar tu pelito y, esto es una confesión, acurrucarte y darte besitos en la cabeza que no sé si alguna vez sentiste o no.
Y siguió pasando el tiempo y cada día te sentía más cerca de mi, aunque nunca olvidaste dejarme en claro que estabas pololeando, de hecho fue una de las primeras cosas que me dijiste la primera vez que nos topamos por casualidad en la micro, y desde ahí que me quedo la duda… ¿eres muy intuitiva o yo tenia demasiada cara de “jote”?. Incluso recuerdo un par de cosas simpáticas que nos pasaron juntos, como por ejemplo el día que salimos de acá de la mano y nos vio don Luis o aquella vez que en la micro una niña rubia nos cambio el asiento para que pudiésemos irnos juntos… si hasta parecíamos pololos, como tú misma lo dijiste una vez… quizás no te acuerdes de estas cosas, quizás sí, pero fueron momentos gratos o graciosos como quieras llamarlo, y se me vinieron a la mente ahora.
Y siguieron pasando los días (esto ya parece un cuento ¿cierto?... quizás no seria mala idea mandárselo a una editorial) … y siguieron pasando los días, y me paso lo que tarde o temprano me tenia que pasar, y te juro que hasta el día de hoy no me explico por qué, sin querer, mis sentimientos hacia ti se transformaron, es cierto que te sentía mi amiga, que me dabas todo el cariño que podía esperar, me regaloneabas, me abrazabas, y hacías cariño, todo eso hizo aparecer en mi un lado que tenia escondido hace mucho tiempo, no por gusto, sino por que ninguna otra mujer lo había sabido despertar, hiciste aparecer al tipo tierno, regalón y cariñoso… al osito que llevo escondido dentro de mi… pero junto con eso, hiciste aparecer sentimientos que llevaba guardados desde hace mucho tiempo, quizás ahora te preguntes ¿pero que no estaba pololeando? Y te contesto que si, y aunque siempre dije que no, y aprovecho de pedir las disculpar respectivas por mentiroso, aunque no fue con mala intención, solo que no encontraba procedente decir lo que hacia o dejaba de hacer, pero como te digo, despertaste esos sentimientos dulces es mi, porque aunque tenia polola, y en esto quiero ser enfático “tenia”, o sea ya no tengo, ella no eras de esas mujeres que saben despertarme el lado tierno, de hecho, solo una había podido hacerlo, y fue hace tanto tiempo que ya se habían dormido de nuevo, pero llegaste tú, con tus mimos y caricias, con la forma en que te acurrucabas en mis brazos y hasta con tus niñerías y la manera tierna en que me hablabas la que despertó de nuevo esas tiernas emociones en mi corazón, y no te miento al decirte que eso me conquisto, no quiero que pienses que mal interprete el cariño que me entregabas, que me pase “rollos” contigo o que llegue a pensar que yo te gustaba a ti, se que es muy difícil que algo así haya pasado, además, como te dije antes, todo el tiempo me dejaste en claro que estabas pololeando, pero sin quererlo mi cabeza y mi corazón se fueron confundiendo y cada vez necesitaba estar mas cerca de ti, no exagero al decir que esperaba con ansias la hora en que llegabas o te ibas, solo por verte un minuto, por escucharte, por mirarte, por sentir que estabas ahí. Hasta que llego el día en que algo extraño paso y todo mi mundo se vino abajo, todavía no sé por qué, pero de una día para otro desapareció todo el cariño que me dabas, me esquivabas, si hasta parecía que te molestaba mi presencia y no sé por qué… solo recuerdo que la última vez que conversamos hice un comentario que jamás debí haber hecho, pero te juro, que al contrario de todo lo que parezca, cuando una mujer provoca en mí lo que tú provocaste, me vuelto el tipo más tonto del mundo y hablo (y escribo) cosas que jamás debería decir, pero es un defecto, una falla quizás en mi cabecita y te pido todas las disculpas del mundo si hice o dije algo que te molesto. Y a propósito de hacer o no hacer, estoy seguro de que escuchaste que hice algo “malo” en el laboratorio, no voy a ser más específico por que sé que sabes de que hablo, pero como te dije en su momento, es súper fome que te culpen de algo que no has hecho, sobre todo si no te dan la oportunidad de defenderte, quizás no te interese, quizás sí, pero este rumor, cahuín o como lo llamen surgió justo el día anterior a cuando te alejaste de mi, y como tú debes saber “la casualidad no existe”, o por lo menos eso creo yo.
Bueno, no sé que más decirte, a esta altura ya debes estar cansada y aburrida de tanto leer, suponiendo que llegaste a esta parte y no botaste ya el papelito este, así que las últimas líneas antes de terminar, son para pedirte disculpas, ¿de que? Te preguntaras, de muchas cosas en realidad, en primer lugar, me disculpo por no tener el valor de decirte estas cosas y dejarle la tarea a un papel, pero como ya te dije, estando frente a ti no sigo más que tonteras, y este no es momento para cometer otro error, así que escribiendo puedo ordenar más y mejor mis ideas, aunque no se que tan eficiente he sido, además me disculpo por no escribirte de puño y letra, pero prefiero hacerlo así por varios motivos, mi letra no es muy linda ni muy clara, además con el lápiz demuestro mucho mis emociones y eso es precisamente lo que quiero dejar de hacer, y por ultimo (aunque esto es banal) te escribo así por que me da flojera escribir a mano si tengo un teclado cerca. Te pido disculpas por los malos ratos que sin querer pude haberte hecho pasar, por querer estar cerca de ti cuando tú solo querías alejarme, me disculpo por haber tratado de ignorarte, no sé si lo conseguí, y si fue así, y te importó también te pido disculpas, y aprovecho de confesarte que me dolía el alma cada vez que era indiferente contigo.
Por último, y lo más importante, te pido disculpas por arruinar nuestra amistad, por que sé que jamás volverás a ser igual conmigo a como eras antes, me disculpo por no poder dominar mis sentimientos y dejarme atrapar por ellos, pero a la vez te juro, que por ti he sentido algo que hace mucho tiempo no sabia sentir, lo que me paso contigo no fue una atracción física, aunque no te niego que eres hermosa, lo que sentí hacia ti fue algo más allá, no se como definirlo, y creo que seria inútil describir con palabras lo que me provocaste, no sé que fue, de verdad, con suerte puedo acertar algunos síntomas, como la angustia que sentía cuando se acercaba la hora en que te vería, las “mariposas” que rondaban en mi estomago cuando te veía, y la manera mágica en que el tiempo se hacia a la vez eterno y efímero en tus manos.
No doy más rodeos, si te alejaste de mi pensando que tú me “gustabas”, puedo decirte que estas muy equivocada, me gustaste es cierto, pero ese gusto evoluciono tan rápido, que no pude darme cuenta en un sentimiento más profundo, y estoy seguro, y sin miedo a equivocarme que enamore de ti. Si, es cierto lo que lees, dije amor, sé que es arriesgado usar esa palabra, que incluso es irresponsable si se usa porque si, pero en vista de los síntomas, de la nostalgia que me provocas y del dolor de tu desprecio es que llegue a esa conclusión, que de ninguna manera fue apresurada, porque no sabes cuanto tuve que pensar antes de decidirme a decirte todo esto. Pero quiero que pongas mucha atención a esto, tú ya sabes lo que siento, y yo sé que no me correspondes, pero soy un hombre paciente, y por lo menos espero que me devuelvas el cariño dulce y desinteresado que una vez me diste, que no me alejes más de ti y que puedas confiar en mi como antes lo hacías. Yo por mi parte me comprometo a dejar de lado este sentimiento, si tu no quieres mi cariño, yo lo tomare, lo doblare y lo guardare en algún bolsillo para que con el tiempo olvide donde lo deje. No pido nada, solo que me des la oportunidad de ser amigos como antes, de que vuelvas a compartir conmigo tu risa, tus ojos y si te sobra una caricia… me la des a mi.
Si cuando vuelva ya no estas aquí, ojala nos podamos juntar un día, conversar como personas adultas y ver si en base a paciencia (que tengo en abundancia) me puedo ganar otra vez tu amistad, y si aun estas, no hagas como que no me conoces, trátame igual que siempre y si hoy dios quiere que nuestros caminos se separen, por lo menos espero que guardes un lindo recuerdo mi, de un amigo, de alguien que te verdad se enamoro de ti.-
